Esbós previ Les Ballarines, Edgar Degas

domingo, 11 de diciembre de 2011

Los Borrachos



El Triunfo de Baco. Diego Velázquez, 1628-29. Museo del Prado 


Era tan tarde que la luz de la mañana empezaba a hacer mella en la tensa oscuridad del bosque donde habíamos pasado la noche. Cuando me desperté todo seguía donde lo dejamos. Y lo dejamos bebiendo. Bebiendo sin parar. 
Gritábamos, bailábamos y saltábamos, nos caíamos al suelo de bruces sin importarnos siquiera cómo cojones volveríamos a levantarnos. Eramos pocos, aunque a mí me parecía que eramos cientos, miles de hombres sin hogar ni vida a la que regresar algún día cercano.
Recuerdo que debía hacer mucho frío, pero qué más daba mientras hubiese vino. Y aunque somos hombres sin nada que perder, sin orgullo ni ganas, con la única misión en este mundo que la de sobrevivir, seguimos en este bosque apartado de todo luchando para no dejar de estar ebrios, luchando contra el control, contra la sobriedad y la tranquilidad de la vida.
Por qué? Porque nos gusta el caos, el desenfreno, reír y llorar a la vez, ver monstruos y dioses sirviéndonos una generosa copa de vino, tambalearnos sin cesar y caer otra vez.







No hay comentarios:

Publicar un comentario